jueves, abril 09, 2015

Las limitaciones del tiempo, el espacio y la intensidad emocional.

Lo que voy a contar puede resultar complicado de digerir. Es una especie de monólogo interior sobre un momento de alto voltaje metafísico, existencialista.

En alguna parte del mundo existe una persona que no vas a conocer en la vida. La distancia y la duración de los días se encargarán de que jamás os miréis a los ojos. No hablo del amor de tu vida, no estoy defendiendo una bochornosa y enésima recreación de las estúpidas medias naranjas*. Hablo de una simple relación interpersonal, de una amistad. El que podría ser tu vecino ideal, o el mejor amigo de la infancia que podrías haberte echado a la cara. Sí, está claro: en tu vida ha habido gente que ha llenado ese hueco como buenamente ha sabido. Habrá quienes te hayan dejado mejor sabor de boca que otros, e incluso existe la posibilidad —me atreveré a emplear el término certeza— de que tu valoración para dichos "quienes" sea intachable y definitivamente satisfactoria.

Pero nos estamos conformando con la persona más adecuada que pudimos encontrar en su momento en nuestro entorno cercano. A lo mejor mi mejor amigo de toda la vida, la persona con la que mejor podría entenderme jamás en todo el planeta, es un chico de Vanuatu que jamás vio un capítulo de Heidi mientras crecía. Pero ni él ni yo lo sabremos nunca.

Del mismo modo, en nuestro entorno cercano tenemos gente que tampoco conoceremos bien jamás por una cuestión de tiempo. Seguramente en algún piso de los edificios de la manzana edificada frente a mi finca vive alguien de mi edad a quien jamás voy a tener el gusto de conocer que puede valer la pena. Otra historia de una posibilidad que se quedó en elemento de una muestra infinita no representativa de la realidad que estoy viviendo.

O las personas famosas. Desde hace algún tiempo estoy leyendo con asiduidad el archivo del blog de Patrick Rothfuss. Cuanto más leo de su blog, más convencido estoy de que el hombre es alguien muy amigable y con quien podría llevarme genial. Pero es famoso y americano, así que jamás habrá una noche de confidencias en la que uno de los dos pudiera, sincerándose con el otro, confesar cuánto se alegra de haberle conocido y ser amigos.

* Una chica a la que quiero con todo mi corazón me familiarizó con el concepto de "media langosta", que al parecer deriva de la sitcom Friends. Esa langosta que encuentra a su media langosta y, cogidas de las tenacitas, recorren juntas el fondo marino. O algo parecido. No importa tanto la formulación precisa como el detalle adorable de la instantánea que describe.

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